1. La Sanguijuela De Mi Hija.
La vida de los vampiros es todo
romanticismo y poesía... ¿o no? Cuando la joven Jody se despierta una
mañana con parte del cuerpo quemado y una sed de sangre terrible, tiene
que enfrentarse a todos los aspectos prácticos de su nueva condición:
dónde dormir, cómo conseguir sangre fresca, cómo mantener el tipo ante
su madre... No parece una empresa fácil para una chica que no ha visto
una película de vampiros en su vida. Cuando Thomas, un escritor
frustrado y dependiente a tiempo parcial, se cruza en su vida, Jody
coge la oportunidad por el cuello... literalmente.
La sanguijuela de mi niña es el hilarante relato de cómo Thomas trata
de vivir con la mujer a la que ama... aunque ella este muerta.
2. ¡ Chupate Esa!
Estar
muerto es un asco. Igual que estar no-muerto. Y, si no, que se lo
pregunten a Thomas Flood, que, al despertarse tras la noche más
fantástica de su vida, descubre que su novia, Jody, es un vampiro. Y
¡sorpresa! Ahora él también lo es. Lo del mordisco habría hecho romper a
muchas parejas. Pero Tommy y Jody están enamorados. Lo malo es que
corre el rumor de que el chupasangre que mordió a Jody no debía
reclutar más miembros para el club. Y lo que es peor: los antiguos
compañeros de bolos de Tommy andan tras él, enviados por una prostituta
de Las Vegas teñida de azul a la que llaman Blue (cómo no). Y esa sí
que es una mamona.
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